¿Cuándo y cómo comenzaste en el mundo de la fotografía? ¿Cuáles fueron los motivos impulsores?
Comencé en el mundo de la fotografía como autora y tutora de un curso on-line pionero en esta modalidad, publicado por la editorial Santillana y titulado Lectura de la imagen. Más adelante, en el master de concepto y creación en la EFTI a cargo de la sección de Historia del Arte, Estética y Simbología de las imágenes. Desde entonces ya han pasado más de 10 años, y el reto de establecer un diálogo entre pintura y fotografía me ha ido conquistando poco a poco. La publicación de mi blog Antevuestrosojos y la dirección de Galería CERO han ido proporcionando continuidad a una constante en mi trayectoria, el interés por los fotógrafos más recientes. Desde el 2.000 han pasado muchas cosas dentro del panorama fotográfico nacional. Ha crecido una joven generación de fotógrafos que ahora tienen alrededor de cuarenta años, que supieron renovar el lenguaje, los modos y los usos tradicionales del medio, y que en la actualidad se están convirtiendo en maestros de jóvenes fotógrafos que siguen renovando y planteándose la descodificación de la realidad.
¿Cómo crees que ha ido evolucionando el papel de la fotografía como función social? ¿Cómo consideras que será su futuro papel o los desafíos que deberá afrontar?
Desde sus inicios históricos el papel social de la fotografía ha sido clave para documentar los efectos de los conflictos, de las crisis económicas y sus consecuencias devastadoras entre las clases más desfavorecidas de la sociedad. Al principio era una fotografía humanista, burguesa y esteticista que sirvió, por hacer referencia a uno de los movimientos más citados, para mostrar la pobreza, las condiciones de explotación y la desesperación de los trabajadores en Estados Unidos durante la gran depresión, con la Farm Security Administration o las imágenes de Lewis Hine que desvelan la explotación de mujeres y niños. El movimiento de la fotografía proletaria en torno a revistas como AIZ se fue distanciando del humanismo burgués, mostrando una realidad dura y sin compasión.
Inicialmente la fotografía fue evolucionando desde una forma de documentación social hasta la fotografía como denuncia, de la sensibilización para mover a la compasión hasta la concienciación.
Y en estos tiempos los temas siguen siendo los mismos que hace más de un siglo cuando, hacia 1890, Jacob August Riss registraba la vida de los emigrantes en los barrios obreros de la ciudad de Nueva York, pero hoy día el reto es no caer en el amaneramiento, ni en el esteticismo, ni tampoco en un enfoque meramente antropológico o en reportajes llamativos que refuercen el exotismo.
Considero que hoy, sobre la aparente facilidad de difusión de este tipo de trabajos por la multiplicación de soportes digitales y plataformas sociales de comunicación, en la época de la denominada posverdad, se puede anestesiar la eficacia de las imágenes generando relatos que no tengan ninguna relación con los hechos. Hay que descubrir cómo seguir golpeando el alma del espectador para intentar sacarlo de la amnesia y la rutina, sensibilizarse y actuar en consecuencia.
¿Crees que los festivales son clave para la fotografía de autor? ¿Cómo describirías tu experiencia personal en Festival Pa ta ta?
Sin lugar a dudas, los festivales son fundamentales para el arte contemporáneo y por tanto para la fotografía de autor. Después de la segunda guerra mundial, la documenta de Kassel marcó una inflexión en el mundo del arte, una gran exposición sin el carácter comercial de las ferias y sin lejos del lastre formalista de los canónicos salones de otoño. La fotografía actual de autor es necesariamente experimental y necesita cauces y espacios que permitan mostrar los trabajos y sensibilizar al público general, que sigue concibiendo la fotografía bajo principios muy tradicionales y mayoritariamente bajo el esquema de los fotoreportajes de las revistas ilustradas.
Mi experiencia en Festival PA-TA-TA ha sido siempre fantástica. La calidez de la acogida en una ciudad manejable y hermosa, que permite la cercanía entre todos los participantes, la prácticamente ausencia de jerarquías, salir a la calle con las proyecciones, la exposiciones en distintos espacios urbanos , todo propicia el diálogo, la interacción, el encuentro y el conocimiento de muchos trabajos fotográficos extraordinarios.
¿Consideras que el talento fotográfico es innato, o un fotógrafo/a también puede hacerse?
Desde el mundo antiguo ha funcionado el mito del artista como alguien poseedor de un genio y un talento innato para la creación, concebido por derecho de nacimiento como un don divino, ya sean Zeuxis o Giotto y Goya, a quienes descubren de niños por casualidad pintando sobre piedras del campo o en un muro encalado con absoluta maestría.
La leyenda romántica del artista siguió potenciando la idea del genio, pero el fotógrafo, al igual que cualquier otro artista, desarrolla esa inclinación, gusto o necesidad de expresarse a través de imágenes con la educación de la mirada y el estudio. De nada sirve nacer con el don de una buena mirada si luego no se sabe que contar, para que contar o como contarlo.
¿Qué libro fotográfico recomendarías? ¿A qué otros fotógrafos/as y/o teóricos admiras?
Creo que existe una tríada ya clásica que cualquier fotógrafo debería de tener como libros de cabecera: Sobre la fotografía de Walter Benjamin, recopilación de escritos sobre el tema que incluye su reflexión angular: La obra de arte en la época de la reproductividad mecánica, La cámara lucida de Roland Barthes, y Sobre la fotografía de Susan Sontag.
A ellos podemos sumar a historiadores del arte como mi muy querido John Berger y a vuelapluma me vienen teóricos como Vilem Flusser, Fontcuberta, Jeff Wall, Stephan Shore, Paul Graham, Martha Rosler o Georges Didi-Huberman.
Para ti, ¿qué generación de fotógrafos es la que más huella ha dejado?
Cada generación deja su huella y con el paso del tiempo se puede ir calibrando correctamente su relevancia. Realmente la fotografía tiene poca historia.
En Europa no cabe duda que la estela de discípulos de los Becher y la llamada Escuela de Dusseldorf desde la década de los años setenta y ochenta han marcado toda una manera de entender el lenguaje fotográfico: Candida Höfer, Axel Hütte, Thomas Ruff, Thomas Ströth, Petra Wunderlich, Andreas Gursky y Jörg Sasse.
En Canadá, la Escuela de Vancouver desde los años ochenta con Jeff Wall, Rodney Graham o Ian Wallace.
En España hubo una generación de fotógrafos en la década de los ochenta y los noventa, que empezaron a tener cierta proyección exterior, encabezada por Alberto García-Alix y Chema Madoz
En el presente, en nuestro país, una generación de fotógrafos cuyas edades oscilan entre los treinta y cuarenta años, muchos de los cuales pueden ser una referencia de una potente generación que eclosiona principios del siglo XXI, y que estoy segura con el paso del tiempo histórico se analizará como una generación clave para la historia de la fotografía española.
¿Cómo crees que ha variado la fotografía de autor actualmente?
La fotografía de autor está dando en la actualidad más importancia al proceso de creación, a los mecanismos de la representación y al concepto frente a la formalización de las piezas. El virtuosismo técnico ha pasado a un segundo plano frente a la interrogación acerca de los mecanismos de la representación.
La fotografía se está volviendo más híbrida, rompiendo las barreras entre géneros, quizás un fenómeno que no es ajeno a las demás disciplinas artísticas, adoptando soportes insólitos, mas instalativa y escultórica. En otras ocasiones deriva hacia lo performativo o hacia el video y la imagen en movimiento. La puesta en escena, la escenografía, mezclando diversas técnicas prima muchas veces sobre lo narrativo.
¿Qué futuros proyectos o ideas tienes en mente?
Ideas y proyectos de futuros siempre hay que tener para mantener las alertas y el amor por el medio fotográfico, pero ahora mismo estoy centrada en intentar que Galería CERO se pueda consolidar como un referente de la fotografía actual.
BIOGRAFÍA:
Licenciada en Historia del arte e Historia moderna y contemporánea. Directora de la Galería Cero, especializada en fotografía actual. Profesora de Historia del arte y estética en el Máster de fotografía EFTI. Comisaria independiente y crítica de arte
«Busco proyectos que tengan capacidad de provocar la sorpresa y sentir la emoción como una punzada en el
corazón»